martes, 28 de diciembre de 2010

Deportes

Il cavallino de la victoria 


              En 2008 se temía lo peor: el principio del fin de la  F1. La crisis económica parecía un pulpo cuyos tentáculos iban a llegar a todas las parcelas de la vida y, por supuesto, el automovilismo no iba a ser menos. En diciembre de ese mismo año el fabricante japonés Honda anunció mediante una rueda de prensa el abandono de sus actividades en los circuitos. No tardaron en seguirle. Un año después su compatriota Toyota  y el sorprendente abandono del fabricante bávaro de vehículos Premium BMW. Tanto Toyota como BMW y Honda no pudieron soportar los capotazos de este crack económico, por eso cabe preguntarnos ¿Cómo es posible que Ferrari siendo un fabricantes  menos poderosos continúe?

                 La escudería con sede en Maranello es  la única que ha participado en todas las ediciones. El objetivo y misión de Ferrari es ganar sobre el asfalto. A diferencias de otras empresas automovilísticas, cuya máxima es la búsqueda de beneficios; para su fundador Enzo Ferrari, la clave es tener una alta rentabilidad en la venta de deportivos de calle para así poder financiar sin problemas la participación del equipo en el mundo de la Fórmula 1. De esta manera Ferrari es la marca italiana más conocida del mundo.

   
Sede de Ferrari en Maranello     


Curiosamente, aunque  Il Cavallino es un constructor pequeño en comparación con grandes del motor como Renault, Chrysler o Toyota, siempre ha gozado de una posición hegemónica dentro del mundo de la F1. Su alto status  le ha valido para negociar los ingresos por televisión, derechos de imagen… y entorno a ella se han arremolinado el resto de los equipos en la Asociación de Constructores de Fórmula 1 (FOTA).

Su liderazgo está basado en el gran valor que para la escudería tienen sus empleados. Los directivos han sabido involucrarlos en la empresa y mantener la idea de una gran familia, un gran equipo. En Ferrari, cualquier empleado de los carismáticos coches rojos, sea cual sea su puesto siente que no sólo trabaja, sino que compite para el equipo. Este es su más valioso tesoro: el espíritu de trabajo, tenacidad y competitividad. La empresa automovilística ha sabido motivar a sus trabajadores con estímulos económicos y sociales como seguros médicos y viviendas. Una tradición centenaria en Ferrari es repartir los beneficios de los premios obtenidos en las carreras entre sus empleados. 

                Esta es la receta de la escudería italiana para convertirse en el caballo ganador, en el caballo de la victoria

Fuentes: Ferrari F1
                  Fórmula 1

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